Más allá del IMC: Una nueva era en el manejo del peso


A principios de este año (2025), un informe de la Comisión de The Lancet Diabetes & Endocrinology puso en tela de juicio los métodos más populares utilizados para definir y manejar la obesidad. Este nuevo marco integral, apoyado por un consenso global de 75 organizaciones profesionales, exige dejar de depender del Índice de Masa Corporal (IMC) y adoptar un enfoque más sofisticado y científicamente sólido que utilice tecnología más avanzada o una mezcla de varias mediciones y observaciones.
 
Durante décadas, el IMC ha servido como la herramienta principal para clasificar a los individuos como bajo peso, peso normal, sobrepeso u obesidad. Sin embargo, el informe de la Comisión argumenta de manera convincente que la simplicidad del IMC y su uso de solo el peso en relación con la altura es también su falla fundamental.
 
Las trampas de una métrica unidimensional:
La Comisión destaca varias limitaciones críticas de depender únicamente del IMC para la evaluación de la obesidad:
  1. Los riesgos ocultos del peso "normal": Las personas pueden tener un IMC "normal" y, sin embargo, albergar niveles poco saludables de exceso de grasa corporal. Este estado "metabólicamente obeso" a menudo pasa desapercibido solo con el IMC, dejando a las personas sin conocimiento de su mayor riesgo de diversas complicaciones de salud.
  2. La clasificación errónea de los musculosos: Por el contrario, las personas con gran masa muscular, como los atletas, a menudo tienen un IMC más alto a pesar de tener bajos niveles de grasa corporal. Clasificar a estas personas como "obesas" basándose en el peso no solo es inexacto, sino que también puede llevar a consejos médicos inapropiados.
  3. El espectro de la salud dentro de la "obesidad": La definición actual de obesidad basada en el IMC no distingue entre individuos con exceso de grasa corporal que mantienen una función orgánica saludable y aquellos que ya presentan signos de enfermedades relacionadas con la obesidad. Esta falta de estratificación dificulta la capacidad de los profesionales médicos para adaptar las intervenciones de manera efectiva y diagnosticar enfermedades con precisión a nivel individual.
Fuente de la imagen: Definición y criterios de diagnóstico de la obesidad clínica (Comisión de The Lancet Diabetes & Endocrinology)
 
Introducción de una comprensión más granular: obesidad clínica frente a preclínica
Para abordar estas deficiencias, la Comisión propone la introducción de los conceptos de "obesidad clínica" y "obesidad preclínica".
  1. Obesidad clínica: Esta categoría se refiere a individuos cuyo exceso de grasa corporal ya ha llevado a una disfunción orgánica demostrable y al desarrollo de complicaciones de salud relacionadas con la obesidad. Identificar la obesidad clínica es crucial para iniciar intervenciones médicas oportunas y basadas en la evidencia destinadas a tratar las afecciones existentes y prevenir un mayor deterioro.
  2. Obesidad preclínica: Esta categoría se refiere a individuos que poseen exceso de grasa corporal pero no tienen problemas de salud manifiestos relacionados con la obesidad (todavía). Reconocer la obesidad preclínica permite estrategias preventivas dirigidas a reducir el riesgo de desarrollar complicaciones en el futuro.
Fuente de la imagen: Definición y criterios de diagnóstico de la obesidad clínica (Comisión de The Lancet Diabetes & Endocrinology)
 
Esta distinción crucial permite un enfoque más personalizado de la atención, centrándose en el tratamiento activo para aquellos que ya sufren los efectos perjudiciales del exceso de grasa, mientras se priorizan las medidas preventivas para aquellos que tienen un mayor riesgo pero aún no están clínicamente enfermos.
 
Fuente de la imagen: Definición y criterios de diagnóstico de la obesidad clínica (Comisión de The Lancet Diabetes & Endocrinology)
Atención personalizada
El informe de la Comisión es un llamado convincente a los proveedores de atención médica para que adopten un enfoque más matizado e individualizado para la atención al paciente. Ir más allá del IMC requiere el uso de métodos de evaluación más completos. Esto incluye la incorporación de mediciones adicionales como la circunferencia de la cintura para la estimación de la grasa visceral y evaluaciones directas de la grasa corporal utilizando dispositivos más avanzados como los analizadores de composición corporal Charder que utilizan la tecnología BIA.
 
Al integrar estas herramientas adicionales, los profesionales de la salud pueden obtener una comprensión más precisa del verdadero estado de salud de un individuo y adaptar las intervenciones en consecuencia, alejándose de una etiqueta singular, potencialmente estigmatizante, hacia una comprensión más completa del recorrido de salud de cada paciente.
 
Conclusión
Si se adopta ampliamente, el nuevo enfoque recomendado por la Comisión de The Lancet Diabetes & Endocrinology proporcionaría un diagnóstico y manejo mejorados de la obesidad en comparación con el uso del IMC solo. Para los profesionales de la salud, ¡es importante evaluar críticamente e integrar estos avances en la práctica!

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